UN CIRCULO POSITIVO
No tiene nada de malo hablar a espaldas de los demás, siempre y cuando te limites a decir cosas buenas de ellas. Lo más probable es que lo que digas a cerca de otros llegará a sus oídos tarde o temprano, básate, pues, en este parámetro: no digas nada de alguien en su ausencia que no estés dispuesto(a) a decírselo de frente. Es cuestión de tratar a los demás como quisieras que te trataran a ti, cuando te equivocas o se evidencian tus debilidades.
Puede que en alguna ocasión sea necesario hablar de las deficiencias de una situación puntual que así lo amerite de alguien con otra persona; sin embargo, siempre puedes hacerlo con respeto y de tal forma que no denigres su imagen delante de la persona con quien hablas. Cuando tengas que decir algo negativo, procura compensarlo con algo positivo (todas las personas tienen rasgos buenos de personalidad). Además, si tienes presente que la razón de comentar las fallas de esa persona es ayudarla a mejorar, la conversación cobrará un tono más positivo y conseguirás tu objetivo con mayor facilidad, es decir, propiciar cambios favorables en la persona. ¿Y sabes una cosa? Tarde o tempano te serán retribuidas, la amabilidad y la consideración que manifiestas respecto a los demás. Se trata de un principio espiritual tan seguro como las leyes de la naturaleza: cosechas lo que siembras. Trata a todas las personas con respeto y ellas te respetaran a ti.
Y no sólo eso, si no que tu ejemplo tendrá un gran efecto en los demás. Puede que no veas grandes resultados de inmediato, pero si persistes, puedes crear un pedacito de cielo en el rincón del mundo que habitas. Todo esto es posible, y ¡puede empezar por ti!
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